Como ya habíamos visto en otras ocasiones, las mañanas domingueras en El Sadar tienen un ambiente especial, y ayer no iba a ser menos;rompiendo una racha de cinco partidos sin ganar, cuatro de ellos empates y uno perdido.
Osasuna volvió a reencontrarse con la victoria, en casa y con su jugador número 12, la afición. Gracias a un gol de Nino en los últimos minutos de la primera parte, dieron la posibilidad de seguir soñando con el ascenso.
El equipo rojillo dominó durante gran parte del encuentro, demostrando intensidad y garra desde el principio. En la primera parte apretaron al conjunto pucelano, generando ocasiones pero sin conseguir el premio del gol. No fue hasta el minuto 34, tras un centre de Javier Flaño el que Nino remató de cabeza, cuando el Sadar estallaba de alegría después de la sequía goleadora de la última jornada en casa. En la segunda mitad el partido se fue equilibrando, el Valladolid tubo varias ocasiones pero los de Martín se amarraron a su ventaja defendiéndola hasta el pitido final.
La afición volvió a jugar un papel vital en la victoria, apretando al equipo los 90 minutos. La cual ilusionada espera el viaje del próximo domingo a Alcorcón. Donde los navarros esperan seguir sumando en este sprint final.
Dicen que estamos locos de la cabeza, más de sesenta horas de carretera, dicen que el Osasuna no me interesa y yo te voy a seguir hasta que me muera, hasta que me muera....
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